Un algoritmo genético (Wikipedia, en castellano) es una técnica informática que imita el funcionamiento de la evolución biológica para resolver problemas, buscando, combinando y optimizando soluciones, y produciendo innovación. Opera mediante simulación por ordenador, combinando aleatoriamente soluciones posibles a un problema, para producir diversidad, y seleccionando las soluciones más aptas, que se vuelven a recombinar y evaluar en sucesivas generaciones. La aptitud media de cada generación va creciendo, y al final, se obtiene una solución si no óptima, convergente con lo óptimo.
La idea de algoritmo genético lleva a reflexionar sobre cómo los sistemas jurídicos vigentes son las recombinaciones de las soluciones mas exitosas que se han obtenido de las diversas soluciones que, a los mismos problemas, han venido ofreciendo diversos espacios jurídicos en la historia y, como una cosa lleva a otra, cabe preguntarse si una disminución del número de espacios jurídicos conllevará una disminución de la diversidad de las soluciones probadas disminuyendo así la posibilidad de alcanzar las mejores soluciones posibles.
Y claro, conjugar éste punto de vista con la realidad de un mundo global y necesitado de soluciones globales conduce casi intuitivamente al principio de subsidiariedad como mecanismo de equilibrio entre un mundo global necesitado de normas globales y el mantenimiento de las condiciones para que ése algoritmo genético pueda seguir operando en el campo del derecho de forma eficaz.