A Lucio Quinto le apodaron Cincinnatus debido a su pelo rizado. Por azares del destino, muchos años después, otro hombre con el pelo rizado, bien que debido a una peluca, fue asimilado a Cincinnato por sus evidentes virtudes políticas: George Washington.
La historia viene de lejos.
Antes de que Lucio Quinto Cincinnato fuese nombrado dictador en el 458 AC, Roma estaba envuelta en una de sus habituales guerras con Equos y Sabinos y, como las cosas iban bastante mal, mandaron llamar a Lucio Quinto para que se hiciese cargo de la situación.
Cuando los mensajeros llegaron a donde Lucio vivía, lo encontraron arando la tierra. Tras ser informado de su llamamiento Lucio se entristeció y dijo: “Mi campo no será sembrado este año y mi familia correrá el riesgo de no tener qué comer”. No obstante Lucio recogió sus cosas, dió un beso de despedida a su mujer y partió para levantar en armas un ejército y derrotar a los enemigos de Roma en menos de quince días.
Tras la victoria Lucio volvió a su casa, recogió el arado y continuó su labor en el punto en que la había dejado.
El historiador griego Dionisio de Halicarnaso escribió la historia de Lucio Quinto Cincinnato para ilustrar qué clase de hombres eran los romanos. Dionisio dijo que ellos “trabajaban con las manos, vivían con autodisciplina y no se quejaban de la pobreza si era honorable.”
Hoy el viejo virtuoso romano Cincinnato cuenta con una ciudad en su honor que toma nombre de él y se llama, en buen latín, Cincinnati (de Cincinnatus). En Cincinnati (Ohio, USA) se alza la estatua que se ve en la foto; en ella Cincinnatus con una mano devuelve el fasces (símbolo del poder) mientras que con la otra sujeta su arado.
Todo un tipo este Lucio Quinto.
Muy interesante. Echaba de menos este tipo de «post».