El grupo de gobierno (PP) del Ayuntamiento de Cartagena contra la desaparición de los juzgados

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Sólo un matiz, no es un «borrador de borrador» es una propuesta articulada a cuyos redactores el ministro de justicia acaba de condecorar por su texto.

Este posicionamiento del PP en Cartagena es importantísimo y ahora deben refrendarlo con un trabajo duro. Ese es el buen camino. Es tarea de todos, de gobierno, de oposición y de los ciudadanos.

Para que no te engañen con el proyecto de Ley de Planta Judicial

Oigo la radio, leo la prensa y les veo faltar a la verdad, con esas medias verdades que nacen del menosprecio a un pueblo que suponen iletrado.

Y escucho más que sus voces sus estruendosos silencios.

Este es el texto del proyecto de nueva Ley de Planta Judicial, esto es lo que ellos han escrito, consúltalo, sobre todo lls artículos 8, 9 y la disposición transitoria 5ª.2

Y sabrás si quien te habla de ella te está mintiendo o te está contando una media verdad.

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El PP de Vigo y el de Cartagena manifiestan públicamente su oposición a esta propuesta de Ley que los deja sin juzgados. Pregúntale tú también al PP de tu pueblo si apoya esta propuesta y luego no olvides, no olvides jamás.

La ciudad se muere entre banderas azules

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Hoy estoy en Vigo asistiendo en el Palacio de Congresos a una reunión de Juntas de Gobierno de los Colegios de Abogados de España. Antes de entrar a escuchar al presidente gallego Núñez Feijoo veo decenas de pesqueros amarrados, carteles de «Pescanova» en los tinglados del muelle; pienso en el tremendo golpe que el mal fin de esta empresa puede suponer para los trabajadores y los pescadores de Vigo.

Dentro del palacio los abogados claman por que, con una enloquecida Ley de Planta, el ministro de justicia va a dejar sin jueces a la primera ciudad de Galicia porque -para el ministro- los tribunales no son para las personas sino para las «capitales» de provincia.

El ministro no piensa en personas, mira a España y no ve a los españoles, ve solo un mapa de rayas y colorines.

Y así, devolviendo a Vigo al siglo XIX, quiere convencernos de que alejando la administración de justicia del drama de la injusticia es como se solucionan las cosas.

Carecen de empatía, carecen de sentido común, carecen de la mínima humanidad y carecen del más mínimo conocimiento de cómo funciona la administración de justicia. Creen que las enfermedades disminuyen con no anotarlas en las estadísticas, creen que los conflictos disminuyen si no se les deja entrar en los juzgados, solo miran las cifras, no ven a las personas y ya no entienden que la justicia es para ellas y no para una entelequia llamada provincia que solo sirve para llenar los bolsillos de los diputados provinciales y para falsear los resultados de las elecciones.

Cuando entro veo que el presidente de los gallegos, en Vigo, no habla de cómo le pueden robar la justicia a Vigo dejándola sin jueces y sin colegio de abogados. Habla de las banderas azules de las playas, de lo bonita que es Galicia y de lo bien que se está aquí.

Sí, se está bien, sin trabajo, sin juzgados, sin justicia y sin esperanza; y así, entre banderas azules, sigue su discurso hablando de naderías. Entre banderas azules entierra el futuro de Vigo y se marcha tan contento. Hablando sin decir nada.

Pienso en los pescadores de Vigo marchando a Pontevedra a reclamar sus despidos, gastando sus ahorros en cruzar Rande, en llevar hasta la «capital» a peritos y testigos y me salgo del Palacio de Congresos, a ver a la gente de verdad, harto de tanto teatro, porque es mejor ver la tragedia del vigués que la comedia azul de banderas que se representa dentro.

Y pienso en Cartagena. Pienso mucho en Cartagena. Y pienso que no podemos dejar que esto pase.