Nos quieren robar el sol

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Hace trece años en Cochabamba (Bolivia) una compañía multinacional (Bechtel) se hizo con la red de abastecimiento de agua de la ciudad. Poco después el agua subió de precio y, a fin de evitar que la población pudiese autoabastecerse y hubiese de consumir el agua de la compañía, se reguló y restringió incluso el consumo de agua de lluvia. Estas acciones -que el mundo contempló como uno de los más acabados ejemplos de la infamia- condujeron a violentos enfrentamientos que recibieron el nombre de «La guerra del agua», una de cuyas manifestaciones es la que se ve en la fotografía que abre este post.

Películas como «También la lluvia» o «La Corporación» se hicieron eco de estos sucesos y -en general- el mundo reprobó las abyectas prácticas de esta multinacional que, finalmente, hubo de renunciar al control del agua y desistir de las acciones legales que había iniciado.

Ahora compruebo con estupor que en España no ya el agua, sino el sol, el viento o cualquier fenómeno natural que pueda producir energía eléctrica para el autoconsumo de las personas, va a ser indirectamente gravado por el llamado «peaje de respaldo» que el gobierno piensa imponer por decreto a todo aquel que tenga la intención de autoabastecerse con energías renovables. Gran negocio, sin duda, para las eléctricas.

El gobierno español, que no es capaz de saber lo que hacen los tesoreros de su partido, se cree con derecho a impedir que los ciudadanos conviertan el sol o el viento en electricidad sin pagar. Parecen considerarse los señores de la creación y, llegados a este punto, ya no sé si frotar un bolígrafo en la manga del jersey para atraer papelitos no estará pronto sancionado. Siguiendo el enfermo razonamiento de los redactores del decreto quizá los agricultores hayan de pagar en un futuro por el transporte de electrones durante la fotosíntesis o quizá -genial idea- pueda cobrar el gobierno una tasa a todos los que -imprudentemente- se acerquen a tomar el sol en la playa.

Recuerdo que cuando vi los sucesos de Cochabamba pensé que eran cosas que sólo podían pasar en países subdesarrollados sometidos a la vileza de empresas criminales. Ahora que puede ocurrir en España ya no sé qué pensar. Pero nada bueno, se lo aseguro.

0 respuestas a «Nos quieren robar el sol»

  1. Si no fuera porque el resultado es tan trágico para las pobres economías familiares, causaría hilaridad tanta estupidez institucional y mamoneo.
    Si Buñuel levantara la cabeza la volvería esconder, el surrealismo de su cine se queda corto ante lo que estamos viviendo.
    Muchos ++++1 Pepe, sigue escribiendo con sentido común, ese sentido tan escaso en los días que corren.

  2. Muy acertado tu artículo, José Muelas. Yo tampoco conocía este asunto de la guerra del agua en Bolivia.
    En el particular de las primas a las energías renovables se ha generado inseguridad jurídica a cualquier posible inversión futura en España (la retroactividad de la norma), siendo muy parecido este argumento al que empleó nuestro Gobierno frente a la nacionalización de YPF por el Gobierno argentino de Cristina Fernández Kischner.
    Surge la necesidad de buenos gestores que sepan salvaguardar fuertes inversiones ya realizadas por familias, habiendo un gran número de parques solares en nuestra Región. Me parece una vía de trabajo muy interesante para los despachos de abogados.

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