Suspiros de España

Ahora que se cumplen quince años del nacimiento de la wikipedia nadie se pregunta ya si esa enciclopedia hecha por autores anónimos es fiable o no, la pregunta ha sido respondida hace mucho tiempo incluso por la propia Enciclopedia Británica —la más reputada del mundo hasta el advenimiento de wikipedia— y la respuesta ha sido «sí».

Wikipedia es uno de los mejores ejemplos de eso que el catedrático de Harvard Yochai Benckler llama «producción entre pares basada en el bien común» y para la que la red es un elemento primordial.

Ciertamente la red es maravillosa y no me resisto a contarles algo que me ha pasado hoy mismo cuando he colgado en Facebook un micropost relativo al cartagenerísimo pasodoble «Suspiros de España» compuesto en esta ciudad desde donde escribo, Cartagena, por el maestro Álvarez y estrenado, según los datos «oficiales» en 1902 la víspera del Corpus Christi por la Banda de Infantería de Marina en la también cartaginesa Plaza de San Sebastián.

Por qué el pasodoble se llama así (Suspiros de España) ha caído siempre bajo el campo de la leyenda. Hasta este momento la versión más difundida es la que narraba el maestro Alfredo García Segura en su libro «Músicos en Cartagena. Datos Biográficos y Anecdóticos» (Cartagena, 1995. ISBN 8487529291) y que sintéticamente era la que sigue:

El Maestro Álvarez Alonso ofrecía conciertos animando las veladas del café La Palma Valenciana, en la calle Mayor de Cartagena. Una noche, al terminar su actuación, enseñó a sus amigos una melodía en forma de pasodoble que había escrito sobre una mesita del café, y que pronto fue acogida con alborozo por su clara inspiración.

En su recorrido nocturno, se detuvo ante la confitería España, ubicada frente al café de sus actuaciones, y observando una confitura típica llamada «suspiros» (avellanas caramelizadas), se inspiró para bautizar «Suspiros de España» a su nueva partitura.

Sin embargo esa versión, aunque ben trovatta mas que posiblemente no sea vera, porque hoy, día en que me he decidido a colgar en Facebook una microentrada hablando de este pasodoble, un seguidor mío, el abogado Antonio Navarro Selfa, me ha hecho llegar unos recuerdos que guarda la familia de sus esposa de cuando sus antepasados regentaban en 1901 el elegantísimo «Café-Restaurant España» sito en la calle Mayor de Cartagena en la llamada «Casa Cervantes». La prueba documental es incontestable: el pasodoble «Suspiros de España» no se estrenó en 1902 en la víspera del Corpus Christi pues, como se ve en la foto del programa que acompaño, su interpretación ya estaba anunciada en el «Cafe-Restaurant España» para el 22 de octubre de 1901.

Suspiros de España en Cafe España (1)

La prueba no admite réplica y conforme a ella deberemos añadir un añito más a la vida de este pasodoble. Que el café-restaurant donde tenemos noticia de la primera interpretación de la marcha se llame «España» me ha llevado a preguntarme si quizá los «suspiros» del nombre no vendrían de la «Confitería España» sino que quizá estarían confeccionados en el propio «Café España»; Antonio me dice que la familia de su mujer no guarda facturas de la confitería pero que los «suspiros» —efectivamente— se compraban a la «Confitería España».

Ahora, armado de este material, me propongo editar la entrada de wikipedia sobre este pasodoble añadiendo estos datos, quizá sin importancia pero más exactos que los existentes; y esto es algo que no se puede hacer con ninguna otra enciclopedia, quizá porque no usen de la «producción entre pares basada en el bien común» que decía Yochai Benkler o, con bastante más seguridad, porque no conozcan a la esposa de mi amigo Antonio.

Así pues va por ustedes, por wikipedia, por Cartagena, por los «suspiros» y por el maestro Alonso, autor de ese pasodoble, ni torero, ni guerrero, ni fallero… Ese pasodoble que suena a paz, a emigración, a guerras civiles, a ausencias y a exilios; un pasodoble que suena a España y que sería el himno de España si los españoles estuviésemos hechos de mejor pasta, de una pasta como la de los «Suspiros» que se servían en el «Café España». Vale.

 

Spassky-Fischer (Reykjavik 1972): La 13ª partida.

Mi primer contacto con el ajedrez de competición fue debido a la tremenda popularidad que alcanzó este juego en 1972 como consecuencia del match Spassky-Fischer por el Campeonato del Mundo. El desarrollo de éste match ocupaba los telediarios y diarios y revistas publicaban regularmente suplementos con los análisis de las partidas que se jugaban. Aquellas complejas páginas llenas de signos y diagramas captaron mi atención infantil y aún guardo un nítido recuerdo de un suplemento de ABC que contenía un diagrama con la posición en el tablero antes de la jugada secreta de Spassky en la decimotercera partida del match.

2442092941_55f26979c2

Yo, simplemente, no entendía nada pero, los comentarios épicos de las jugadas y las incomprensibles decisiones que tomaban ambos maestros, me hipnotizaban. Creo que allí nació mi posterior afición al ajedrez.

Yo atribuí a aquella decimotercera partida caracteres especiales, me había parecido tan oscura como decisiva, sobre todo, desde el punto de vista psicológico. Quizá por eso siempre me interesaron posteriormente los aspectos psicológicos de las partidas decimoterceras de todos los matches por el campeonato del mundo. Es cierto que no deberían resultar distintas a las demás pero, quizá por puro azar o quizá porque entre los jugadores de ajedrez profesionales abundan las manías supersticiosas, lo cierto es que las partidas marcadas con el fatídico ordinal «13» suelen presentar facetas insólitas.

La partida de éste post es esa decimotercera partida del match Spassky-Fischer de 1972 por el Campeonato del Mundo. Tras un tormentoso inicio del match con dos derrotas de Fischer (una de ellas por no presentarse) éste -intervención de Henry Kissinger incluida- había logrado superar el marcador desfavorable. Spassky había reaccionado en la partida undécima y ahora jugaba con blancas en la decimotercera para corroborar su recuperación. Una victoria de Spassky dejaría el match abierto pero, para su desgracia, las circunstancias en que se produjo la victoria de Fischer en esta partida provocaron no sólo la pérdida del punto sino una auténtica crisis de confianza en el astro soviético que ya no volvió a ganar una partida.

Este primer día de 2016 lo he pasado, como solía hacer en mi adolescencia, jugando al ajedrez; pero esta vez he decidido grabar en video el análisis de esta decimotercera partida para aprender a usar mi ordenador de sobremesa como herramienta de grabación. El desarrollo de la partida puede verse aquí:

Parte 1 (Introducción)

Continuar leyendo «Spassky-Fischer (Reykjavik 1972): La 13ª partida.»