El control ejercido por determinadas élites en las sociedades humanas ha tenido un importante apoyo en las tecnologías de la comunicación. Como señaló Doug Ruskhoff los avances tecnológicos son en principio dominados por una élite que los usa para cimentar su posición de dominio; más adelante cuando las masas adquieren las
capacidades para usar de esos avances tecnológicos las élites ya han avanzado a un escalón nuevo de forma que, tal y como se ve en el esquema de la imagen, para cada nivel «n» de dominio de una tecnología por la población el nivel de sus controladores es siempre «n+1».
El proceso lo ejemplifica Ruskhoff comenzando desde las primeras civilizaciones. Cuando sacerdotes y reyes dominaban en las primeras civilizaciones tecnologías decisivas para su funcionamiento (saber cuándo hay que sembrar es decisivo y exige conocimientos astronómicos para distinguir las estaciones y el calendario) a la población no le quedaba sino escuchar a quienes les hablaban de los dioses del cielo. Cuando se redactaron los primeros textos los sacerdotes leían y el pueblo escuchaba. Cuando el pueblo comenzó a aprender a escribir la élite controlaba la producción de los libros de forma que sólo se leía
lo que los editores decidían y cuando el pueblo accedió a la posibilidad de publicar a nivel mundial gracias a la informática las élites de control ya iban un escalón por encima pues ellas eran las que programaban la plataforma. Hoy está usted leyendo esto que escribo en un blog pero mi autonomía para publicar es una falsa ilusión: una empresa llamada WordPress controla esta plataforma y si usted ha visto el enlace a este post en Facebook, por ejemplo, no necesito decirle que su ilusión de libertad es solo eso, una ilusión, usted publicará en Facebook sólo aquello que le permita el algoritmo de esa red social y sus post los leerán aquellos de sus followers que el mismo algoritmo decida1
Ahora la capacidad de programar alcanza a grandes capas de la población pero las élites vuelven a estar un escalón por delante: a través de las redes sociales han acumulado una ingente cantidad de datos que aspiran a aumentar a través del «IoT» y a tratar usando del Big Data y la inteligencia artificial. Las posibilidades de control social que les ofrecen estas tecnologías son de una magnitud nunca vista en la historia del ser humano.
¿Y qué hacen nuestros gobiernos?
Poco o nada, según ya anticipó Kranzberg es sus leyes de la tecnología2 aunque la tecnología es una cuestión primordial en muchos asuntos públicos, los factores no técnicos son los que primeros al tomar decisiones políticas en cuestiones tecnológicas.
He vivido esto en primera persona en alguna discusión tecnológica en corporaciones públicas donde consideraciones de conveniencia política han llevado a decisiones tecnológicas disparatadas cuando no devastadoras para el futuro de la profesión que ejerzo3.
Cuando en USA tan sólo era capaz de leer el 13% de la población los padres de la patria norteamericana decidieron formular la primera enmienda a su constitución y regular la libertad de prensa (una tecnología de la información nueva por entonces); nuestros políticos actuales, enfrentados a una revolución informacional sin parangón en la historia simplemente son incapaces de hacer nada: ellos ya no están en la élite de control, ellos ya están, como nosotros, en la ignorante masa de los controlados.
Ahora elige si esto te importa y quieres hacer algo o si prefieres dejarte controlar.
- Si usted cree que sus post llegan a todos sus seguidores se
equivoca. En una página de facebook el alcance orgánico de una
publicación es, como mucho, de un 6%. En la primera hora después de su
publicación el algoritmo mostrará su post a un pequeño porcentaje de
sus seguidores y, si en ese tiempo estos entran en conversación con
usted o comentan la publicación, sólo entonces facebook se lo irá
mostrando a más personas. ¿Por qué hace esto facebook? Pues,
simplemente, por dinero. Facebook vende publicidad y si quiere usted
llegar a un amplio número de seguidores deberá pagar servicios
especiales. ↩︎ - Melvin Kranzberg fue profesor de historia de la tecnología y tuvo
una curiosa vida (sobre todo sus actividades durante la Segunda Guerra
Mundial) pero, si por algo es recordado, es por sus “seis leyes de la
tecnología” que traduzco aquí, básicamente, para poder consultarlas yo
mismo en el futuro. Suenan a broma algunas pero no crean, no crean… 1.
La tecnología no es ni buena ni mala; ni neutral. 2. La invención es
la madre de la necesidad. 3. La tecnología viene en paquetes, grandes
y pequeños. 4. Aunque la tecnología puede ser una cuestión primordial
en muchos asuntos públicos, los factores no técnicos son los que
primeros al tomar decisiones políticas en cuestiones tecnológicas. 5.
Toda la historia es relevante, pero la historia de la tecnología es la
más relevante. 6. La Tecnología es una actividad muy humana y así es
también la historia de la tecnología. ↩︎ - Permítanme que no se las detalle pues cuando las recuerdo pierdo
toda fe en el género humano. ↩︎