La fotografía que trucó la NASA

La NASA trucó alguna foto del alunizaje y, hoy que se conmemoran los 50 años de la llegada del hombre a la luna, vamos a alegrarle un poco el día a los conspiranoicos. Para su desgracia ninguna de las fotos que ellos dicen que son falsas lo son, son auténticas y, para quienes vivimos en directo aquellos años, algunas de sus afirmaciones son risibles cuando no ofensivas. Sólo un ejemplo: todos los niños de la Tierra sabíamos de antemano que la bandera ondearía en la luna aunque no hubiese aire; Jesús Hermida y Luís Miravitlles nos lo habían venido explicando con antelación por televisión. Por eso, escuchar ahora que alguien te viene con lo de la banderita no es que produzca hastío —que lo produce— es que resulta estomagante.

Pero sí, hay una foto trucada y es precisamente la más famosa de las fotos que se tomaron durante la misión Apollo XI: la fotografía que Neil Armstrong tomó a Buzz Aldrín y que se convirtió en el icono de aquel vuelo. En la fotografía se ve a Buzz Aldrin de frente, sobre la superficie de la luna, mientras que reflejadas en su visor aparecen multitud de imágenes, entre ellas la del propio Neil Armstrong tomándole la fotografía. La cámara utilizada fue la Hasselblad (Mooncamera) y la película una Kodak Ektachrome (no, por entonces no había fotografía digital… ni teléfonos móviles).

¿Por qué digo que está trucada?

Bueno, los astronautas llevaban la cámara acoplada a su pecho y enfocar no era tarea fácil de forma que la versión original de la foto no tiene el mejor de los encuadres (foto 1) así que la NASA decidió reencuadrarla añadiendo espacio negro por encima (no, no deis la lata, con este tiempo de exposición el cielo es negro y las estrellas no se ven) y así se publicó la imagen archiconocida que puedes ver en la foto 2. Sin embargo la NASA «olvidó» que la mochila espacial, en su lado derecho —según el punto de vista del lector— lleva acoplada una antena de comunicaciones (véase foto 3), antena que en la foto 2 simplemente no sale porque tampoco sale en la fotografía original.

Así pues, queridos conspiranoicos y demás elegidos de los dioses, es bueno que sepáis que, acusando de falsedad a fotografías absolutamente legítimas, se os escapó y no visteis justo lo que teníais delante de los ojos: que la fotografía más conocida de la misión Apolo era precisamente la que estaba retocada.

¡Ea!, feliz 50 aniversario y gracias a todos los astronautas e ingenieros —De Gagarin a Armstrong y de Korolev a Von Braun— que me regalaron una infancia donde todo parecía posible.

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