La cita esta vez es en Madrid el día 13 de febrero, en la calle de Serrano número 138 (Fundación Pons) a las 18:30.
Se entregan los premios al mejor evento jurídico del año 2019 y se lo van a dar al I Congreso de la Abogacía Independiente celebrado en Córdoba los días 29 y 30 de noviembre pasado y pienso asistir.
Que en un año lleno de eventos jurídicos como fue 2019 (por ejemplo estuvo el «Congreso» organizado por el Consejo General de la Abogacía Española en Valladolid) el premio haya venido a recaer en un Congreso realizado por abogados de verdad para abogados de verdad sin más presupuesto previo que el coraje y el ingenio de abogadas y abogados pues… no sólo me llena de alegría sino que ilustra con mucha claridad el estado en que se encuentra la abogacía en este país.
Hemos hablado de abogados entre abogados, hemos llegado a acuerdos y hemos fijado objetivos, sabemos lo que queremos y cómo lo vamos a conseguir y eso, en un país de figurantes y postureos de papel couché, molesta.
Por eso el jueves iré a Madrid a compartir con mis compañeros la entrega de ese premio y, tristemente, a comprobar cómo los medios de comunicación que pagamos todos los abogados y abogadas de España guardan silencio sobre el premio; cómo en la página web de del CGAE (pagada con tu dinero y el mío) nada se informa y cómo la decisión —votada unánimemente en pleno con la única excepción del decano de Sabadell— de no hablar con nosotros es mantenida a rajatabla por quienes viven en ese extraño onanismo institucional de hablar sólo consigo mismos y que, por lo visto, creen que los medios que pagamos todos están ahí sólo para hablar de ellos como hagiógrafos a sueldo.
Una pena.
Pero no importa, la abogacía es mucho más grande que ese minúsculo grupo de personas, la tarde será una fiesta y yo pienso estar en ella. Te prometo que, si tú también vas, una cervecita nos tomaremos (no muchas más que estoy mayor).