Leer para cambiar

Somos esclavos de nuestras palabras y una fuerza irresistible nos obliga a adherirnos a ellas y mantenerlas como si en ello nos fuese la vida y la honra; es por eso que, en ningún debate con nadie nos detendremos a reflexionar, a sopesar sus argumentos y a cambiar de ideas.

Y es por eso también que la lectura es imprescindible, porque en solitario, con tiempo y sin la presión de quienes nos han oído profesar antes verdades distintas, podemos cambiar de opinión, reprogramarnos, planear cómo enfrentaremos el duro trance de explicar al mundo que estábamos equivocados y estrenar una nueva vida con algunas convicciones nuevas.

No hay nada malo en cambiar de ideas, cambiamos todos los días con cada nueva experiencia, ¿por qué no hemos de tener derecho a cambiar de convicciones?

Por eso es importante escribir y es importante leer, porque es así como, en la mayoría de los casos, podemos desprendernos de la piel vieja y renacer.

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