Chorizos

España es tierra de chorizos y, ya sea a nivel estatal, autonómico o municipal, todas las tierras de España compiten con denuedo por ofrecer al mundo los chorizos más conspicuos.

A los viejos guardias civiles, en el equipo que se les daba para prestar servicio, además de la capa, el tricornio y el mosquetón Mauser, se les entregaban dos opúsculos con el título «Diccionario del caló de los maleantes».

En ellos aprendí que la «chori» o «el bardeo» era la navaja y que «chorar» era robar, palabra que viene del sánscrito (antecedente hindú del caló) «chor» que significa ladrón.

A mí que el chorizo traiga causa de su relación con la chori me parece evidente. Si lo que se bebe es bebedizo y el que se enamora es enamoradizo, lo que se corta con la «chori», sin duda, bien puede ser llamado chorizo.

La RAE no está de acuerdo conmigo. Para la RAE chorizo viene del latín «salsicium» (salado), palabra que nos dio «salchicha» y que nos llegó a través del portugués souriço.

No me creo nada.

Antes de que el pimentón nos llegase de América en España ya había chorizos y como no he visto que Mio Cid emplée la palabra chorizo yo, absolutamente errado, prefiero atenerme a su origen caló y navajero.

Es evidente que me equivoco; sin embargo, creo que hay algo en lo que muchos estamos de acuerdo y esto es en que falta pan.

En que, aún, falta mucho pan.

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