O es ahora o no será nunca

España se enfrenta a una crisis económica sin parangón. De todos los sectores económicos a los que la pandemia del coronavirus causa daño el más afectado es el turismo junto con la restauración, la hostelería y todos aquellos negocios en cuya base se halle la acumulación de personas.

Vamos a tardar mucho en volver a ver cines llenos o la grada del Bernabeu llena pero, mucho peor aún, vamos a tardar bastante más de un año en conseguir que vuelvan turistas por España y ahora, amigo, saque usted cuentas.

Piense en las Islas Canarias y en sus habitantes ¿Qué harán todos los trabajadores y trabajadoras que se ganan su pan y el de sus familias en la hostelería, los hoteles o los negocios turísticos?

Benalmádena, Fuengirola, las costas mediterráneas… ¿Qué le espera a sus familias?

Recuérdelo cada vez que piense en la crisis: el turismo es el primer sector de entrada de divisas en España. Sí, sin él el golpe a nuestra economía pone al país al borde de ir a la lona. Y no podemos areglarlo, no podemos convencer a los turistas de que vengan, las medidas de restricción de movilidad y alejamiento social son universales.

¿Quién puede salvar a todas estas familias de un futuro de hambre y miseria?

Cuando usted se pregunte esto vuelva su mirada a la administración de justicia: es ella la que puede a través de los concursos ayudar a las empresas a salvar esta situación, es ella la que ha de vigilar que a los trabajadores se les reconozcan sus derechos sociales y es ella la que debe hacerlo de forma INMEDIATA y sin retraso alguno.

No menos de 160.000 procesos mercantiles comenzarán a inundar los juzgados cuando acabe el estado de alarma y los sociales probablemente se dispararán hasta el millón.

En este momento ni hay juzgados mercantiles suficientes ni sociales para atender ese tsunami y, en 15 días, NECESITAMOS tener suficientes órganos judiciales para parar este golpe. Disponemos de 14 días para hacerlo.

Y mientras los días pasan veo a los funcionarios de la sanidad dando literalmente su vida por nosotros mientras otros funcionarios y colectivos, en lugar de buscar formas de poder trabajar mañana tarde y noche para impedir la catástrofe que pueda acabar con todos, debaten sobre si agosto será hábil o inhábil.

Miren, España y los españoles dependen de que la administración de justicia no les falle.

Creo que aún no nos hemos enterado de que el juego ha terminado, que esta vez el país está en nuestras manos y que es el momento de demostrar que merecemos formar parte de él.

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